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El 70 por ciento de menores refugiados aseguran necesitar apoyo psicosocial, según un informe

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La cifra se ha triplicado a causa de la pandemia de COVID-19

MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) -

El 70 por ciento de los niños desplazados y refugiados afirman necesitar apoyo psicosocial, una cifra que se ha triplicado respecto al 22 por ciento estimado de antes de la pandemia de COVID-19, según un informe de las ONG World Vision y War Child Holland publicado este jueves.

El trabajo, 'La pandemia silenciosa', evalúa las consecuencias de la COVID-19 en la salud mental de los niños que viven en zonas de conflicto o que se han visto obligados a huir. En este sentido, revela que el 43 por ciento de los niños que viven en países "frágiles" y afectados por el conflicto han manifestado que necesitan apoyo psicosocial y de salud mental como "resultado directo" de la pandemia.

El trabajo, realizado con casi 500 niños y jóvenes en seis países "frágiles" y afectados por conflictos, también revela que la COVID-19 agrava la "angustia psicológica preexistente" de los niños y niñas al añadir "más ansiedades a sus estresadas vidas". Entre ellas se encuentran el contagio de la COVID-19, la pérdida de familiares y la necesidad de hacer frente al cierre de escuelas e instalaciones educativas.

Así, los niños encuestados relacionan en gran medida el aumento del estrés con no asistir a la escuela, tener menos acceso a servicios, actividades, centros de salud, áreas de juego, comida y agua. También extrañan especialmente los deportes, el juego, la familia --sobre todo a los padres--, las actividades para promover la paz y la apertura de escuelas.

El estudio también muestra que, si bien el 86 por ciento de los niños más pequeños --de 7 a 14 años-- y el 81 por ciento de los adolescentes --de 15 a 17 años--, pueden buscar y buscan apoyo emocional de un amigo o familiar, los jóvenes mayores --de 19 a 24 años-- luchan por lidiar con su angustia y solo el 41,8 por ciento tiene a alguien a quien acudir en busca de apoyo.

La líder mundial de promoción y participación externa de World Vision, Dana Buzducea, ha reconocido que, si bien la COVID-19 ha exacerbado los problemas de salud mental, para los niños "que viven ya con el miedo, el trauma y el estrés crónico de los conflictos que alteran y amenazan sus vidas, su impacto ha sido extremadamente perjudicial".

En esta línea se ha expresado también la directora humanitaria de War Child Holland, Unni Krishnan, que ha coincidido en que "la salud mental y el bienestar de los niños se está deteriorando gravemente durante esta pandemia".

"Es hora de actuar", ha zanjado, argumentado que, si no se les apoya, "toda una generación de niños y niñas vulnerables podría enfrentarse a impactos potencialmente catastróficos y duraderos en su salud mental y bienestar psicosocial". "Dado que, antes de la pandemia ya era limitado el acceso a servicios de salud mental y apoyo psicosocial, imagínense la urgencia en estos momentos", ha agregado.

FINANCIACIÓN INSUFICIENTE

En la actualidad, la financiación de la salud mental y el apoyo psicosocial representa sólo el 1 por ciento de toda la financiación sanitaria humanitaria. Por ello, World Vision y War Child han hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que aporte 1.400 millones de dólares (más de 1.160 millones de euros), necesarios para proporcionar apoyo urgente en materia de salud mental a los aproximadamente 456 millones de niños afectados.

"Los niños y niñas que han experimentado conflictos, violencia y sucesos gravemente traumáticos necesitan urgentemente acceso sin obstáculos a los servicios de salud mental y apoyo psicosocial", ha explicado Buzducea, que ha lamentado que, sin embargo, solo del 2 al 4 por ciento de los presupuestos nacionales de salud en los países donde viven estos niños se gasta en salud mental.

"Además, estos fondos son limitados o inexistentes para los niños que viven en zonas frágiles y afectadas por conflictos. Hay una gran falta de financiación que debe ser abordada", ha señalado, antes de incidir en que, si no se actúa, es posible que el mundo se enfrenta a una "crisis mundial de salud mental infantil". "Tenemos la responsabilidad moral de actuar ahora, antes de que sea demasiado tarde", ha remachado.