Según el CIS, por encima de los problemas políticos y el paro Hace unos meses preocupaba más el paro, la corrupción o el mal comportamiento de los políticos. El tono con la inmigración empieza a escalar en mayo, en las elecciones catalanas. El líder del PP vincula inmigración y delincuencia y lo hace en Cataluña. Allí el tema preocupa y triunfan los discursos duros como el del alcalde de Badalona, García Albiol, o el de Alianza Catalana, partido ultra que entra en el Parlament. En junio con las elecciones europeas la inmigración acapara el debate político en muchos países vecinos y ya nuestro país no se queda al margen. Se convierte en arma arrojadiza en política. Un partido nuevo, Se acabó la fiesta, consigue 800.000 votos prometiendo una deportación masiva de inmigrantes. Y ya en julio y agosto la llegada récord de cayucos a las Islas Canarias y la saturación en la acogida arrinconan otros temas y colocan a la inmigración como el tema político central. En esas pateras llega...